04 marzo, 2017

Venusino cenando

A mí los aliens no me vienen con cuestiones: tengo un don especial para detectarlos. Ayer mismo, mientras compartíamos con mi amigo Cristián y nuestras parejas,  detecté a un comerciante venusino cenando bajo el pretexto de la celebración del día del amor. Sus principales características de aspecto, todas claves para el reconocimiento: cabeza de congrio, triple hilera de aguzados dientes metálicos, lengua alargada como longanicilla con terminal bífido, porte pequeño (por la monstruosa gravedad de su planeta), arrugado cuello de iguana.

El desvergonzado alienígena exigió, mediante comentarios guturales y señas, un trío de pulpos vivos que devoró sin aspavientos. Tras la ingesta, ciertamente violenta, experimentó una serie de estertores que culminaron en un estado de satisfacción de corte epifánico. Eso fue todo, que no es poco. A Cristián le pareció que un proyecto sobre monstruos en la literatura nacional era la mejor veta para sus futuras investigaciones. Brindamos por eso. Cuando nos fuimos, el mínimo negociante venusino estaba sentado, hierático, mirando el  infinito universo. No era necesario despedirse.

No hay comentarios.:

 
hits Blogalaxia Top Blogs Chile