31 julio, 2015

Ateísmo 2



Dios no cree en mí. En reciprocidad, yo no creo en él.

26 julio, 2015

Muerte enojada

Q llegó atrasado al momento establecido para su deceso. La Muerte estaba furiosa, a Ella nadie la deja plantada. Se fue. Por esa razón, Q ganó la inmortalidad. 

23 julio, 2015

La resurrección de la conciencia

La reapertura del caso de los jóvenes quemados, Rodrigo Rojas Denegri y Carmen Gloria Quintana, trae de regreso, una vez más, la eterna pesadilla de la dictadura militar. Así ocurrirá mientras se mantenga pendiente el ejercicio de una justicia eficaz con las miles de víctimas de la represión que las fuerzas armadas ejercieron contra los opositores durante 17 largos y terribles años. Aquellos que pretenden imponer el silencio y el olvido lo hacen amparados por su complicidad en estos horribles crímenes, o bien –y quizás sea peor- por conveniencia política y económica.
La culpa hizo su trabajo golpeando tres décadas en la conciencia de un exconscripto, hasta que rompió ese siniestro pacto de silencio establecido y amparado por oficiales del Ejército. Bendita sea esta acción de arrepentimiento y confesión, pero faltan muchas más. El daño provocado, la muerte, la tortura, la persecución sistemática que ejerció un estado fascista en contra de los ciudadanos que se atrevieron a enfrentar la injusticia, son inconmensurables, en verdad irreparables. Lo menos que se puede hacer es justicia y castigar a los culpables.  Esto porque hay otros daños que considero tanto o más terribles, catastróficos, que mencionaré más adelante.
Cuando la dictadura empezó, yo tenía 17 años; cuando acabó, 34. Esto es lo que vivió mi generación en su juventud: un horror sistemático. Apenas alcanzamos a disfrutar del sueño utópico de los 70, no fuimos actores decisivos de ese periodo, pero tuvimos que asumir las consecuencias. La mayor consecuencia fue la convivencia con el terror ejercido como sistema por un estado criminal. Aclaro que no pretendo que nadie me indemnice ni pida mi perdón por ello; tampoco existe la manera de repararlo. Como miles de compatriotas, me las he arreglado solo, y puedo seguir haciéndolo.
Quizás por qué sobreviví al horror cotidiano: suerte, ingenio, instinto, solidaridad, piedad. Muchos amigos quedaron en el camino desde los primeros días. Vivo y revivo cada día el dolor de su desaparición, tortura y muerte. He escrito sobre ello y sigo escribiendo, porque no puedo evitarlo. No puedo olvidar lo que viví. Y tengo que hablar por quienes no pueden hacerlo. Creo que ese es el sentido de haber sobrevivido.
Experimenté en carne propia los peligros y los rigores de la clandestinidad, los compartí con miles de compañeros y compañeras anónimas –los que sobrevivieron por ahí están, esperando algo impreciso, como yo- y me siento orgulloso de haberlo hecho. Puedo mirar de frente a mis hijos y contárselos: no eludí luchar con todas mis fuerzas y posibilidades contra un régimen cruel y oprobioso. Creo que es lo mejor que hice en mi vida. Y no esperé ni espero recompensas, honores ni reconocimientos por ello.
La verdad es que es muy modesto lo que espero. Un poco de justicia real, algo más que lo “posible”. Dije antes que el daño fue muy grande. Una auténtica hecatombe. Lo explico en lo que sigue.
El socialismo a la chilena, con empanadas y vino tinto, en democracia; la fórmula acuñada por Salvador Allende, representó un peligro atroz para los detentores del poder económico, político y militar. Un peligro mucho mayor que el “socialismo real”, burocrático, estaliniano, que terminaría por derrumbarse en unas décadas, tal como ocurrió.
Este era un peligro mucho mayor para los gigantescos y concentrados intereses de los amos, los visibles y los invisibles. Así se desató la intriga que culminó con el golpe militar que dio por tierra con el gobierno de Allende. Ahí comenzó a actuar la aplanadora fascista: exterminar a las organizaciones políticas de izquierda y a las organizaciones sindicales, eliminar a los mejores cuadros dirigentes: los más lúcidos, generosos, flexibles, innovadores y visionarios, partiendo por el propio presidente. Fue un trabajo sistemático de exterminio llevado a cabo en esos 17 años. Muy fructífero, si se juzga por los resultados.
También aprovecharon –esa era la finalidad al fin y al cabo- de destruir el sistema educacional, previsional, la salud. Jibarizar al estado, poblarlo de tecnócratas, introducir la venalidad en los sistemas de gobierno, instaurar las bases para el desarrollo de un experimento ultra neoliberal.
En ese mundo horrible vivimos, sin muchas esperanzas de cambio real. Con los partidos políticos al servicio de los intereses económicos, con las elites dominadas por aventureros, ignorantes y corruptos, con los intelectuales y artistas arrinconados, cooptados o domesticados. Con los medios de comunicación totalmente instrumentalizados y dirigidos.
Esta es una visión muy desalentadora, es verdad. Pero siempre es posible hacer algo. Partir por decirlo y reconocerlo. Luego, hecha la catarsis, vendrán los actos de ejercicio de la responsabilidad individual, como ha hecho el conscripto que rompió el pacto de silencio. O su propia reflexión: me dirijo a quien lee este texto. ¿Qué puede hacer usted? Yo he escrito estas palabras, tal vez impulsado por una difusa esperanza. Deben producirse muchos más de esta clase de actos, millones de ellos.
Eso podrá impulsar, quizás, otros actos mayores, comunitarios, ojalá multitudinarios que quiebren la presunta estabilidad del silencio, la neutralidad  y el conformismo. Siempre es posible hacer algo, más allá de los meros límites de los intereses individuales.
Conocí a Carmen Gloria Quintana. Fuimos compañeros de esperanzas. Admiro sin reservas su valor, su consistencia, su ejemplo moral. Conocí a muchas otras buenas personas, valientes, generosas, luchadoras. Me pregunto dónde estarán ahora mismo aquellas que sobrevivieron. Quisiera que den noticias de su existencia: que hablen, escriban, aplaudan, que hagan lo que les sea posible.
Como tantas veces ha ocurrido en la historia, la humanidad tiene el derecho irrenunciable a soñar un mundo mejor y el deber de ponerse en movimiento para cambiarlo.

Diego Muñoz Valenzuela
escritor
.


18 julio, 2015

Alienígenas intrusos

Vasili es un viejo amigo cosmonauta que de vez en cuando me visita y trae obsequios de planetas recónditos. Siempre tengo una botella de vodka reservada para atenderlo: me cuenta sus últimas aventuras, bebe como cosaco y al final –cuando está borracho como cuba- me entrega el regalo, cuya naturaleza no fue anunciada de modo alguno. A esa altura tampoco cabe esperar explicaciones de su parte: su estado es deplorable.
La semana pasada repitió su rutina y me dejó una especie de pez plano alienígena. Estaba dentro de un cubo de cristal ambarino al que estaban adosados una serie de minúsculos aparatos. Vasili de fue tambaleando y me dejó con la criatura. Era de color verde oscuro y piel de apariencia suave. De pronto, tras un largo periodo de inmovilidad, abrió unos grandes ojos esmeralda, preciosos, muy humanos. Me miró con ellos de manera seductora; hizo un guiño coqueto.
Realizó un rápido movimiento y la tapa del cubo –que creí hermética- se levantó. Mi casa se inundó con un perfume embriagador. Aquella cosa saltó sobre mí sin previo aviso, distendiéndose para envolverme en un abrazo total y exquisito. Vino un periodo de placer intenso, mayor a cualquiera experimentado hasta entonces. Cuando desperté, la criatura estaba de nuevo en su cubo, aparentemente sumida en un profundo sopor.

Ahora la contemplo con arrobación. Espero con inquietud que despierte. Estoy perdidamente enamorado. Vaya líos que me acarrea Vasili.

16 julio, 2015

Gobiernos de pacotilla

El Ogro Tesko amaneció de mal humor y se puso el uniforme de gala, las charreteras, sus falsas medallas y comandó un golpe de estado en contra del presidente al que había jurado lealtad. Logró que sus soldaditos ejecutar al gobernante y sus principales colaboradores, Tras semanas de terror, sintió que el nuevo poder –el suyo se había asentado. Entonces tuvo que pensar en un programa de gobierno.
Decidió consultarle a su novia, la Bruja Ladora. Ella le sugirió el camino más seguro:
Reducir:
·         Los impuestos
·         El tamaño del estado
·         Las fiscalizaciones a los privados
·         Los beneficios sociales
Aumentar:
·         Las franquicias a los exportadores
·         Las externalizaciones a los privados
·         El fomento de las inversiones
·         La cantidad de policías

Fue un gobierno exitoso: los ricos se hicieron más ricos. El resto, usted ya lo sabe. 

14 julio, 2015

Fantasía zoológica 2

El pájaro vuela aunque no posea alas. Le falta una pata completa. No obstante en su pecho tiene una cavidad donde habita un pájaro pequeño, que nos mira con curiosidad. El nuestro es un mundo muy raro.

11 julio, 2015

Vigencia de Carlyle


“Las revoluciones son preparadas por los utopistas, realizadas por los fanáticos y al final aprovechadas por los sinvergüenzas” , Thomas Carlyle, Historia de la Revolución Francesa.



Lea los titulares de la prensa los últimos seis meses.

10 julio, 2015

Ateísmo

Soy ateo. Por esa causa Dios se enfureció conmigo y me sometió a un vendaval de infortunios. Soporté todo con dignidad y tesón. Le dije que tanto abuso era prueba de su inexistencia o al menos de su inutilidad. Desde entonces no me ha molestado.

07 julio, 2015

Lepidópteros

A Chuang Tzu le dio por transformarse en vampiro. Hurgó en sus sueños hasta que dio con Drácula. Dejó que el conde lo mordiera y le extrajera hasta el último ápice de su sangre. Chuang Tzu murió a la luz de la luna llena. Al poco rato despertó y se convirtió en mariposa. Trató de seguir al príncipe de la noche, pero este desapareció tras una terrible y humillante carcajada.
Desde entonces se lo pasa libando el néctar de las flores. Las sobrevuela un rato antes dejarse caer con violencia sobre ellas. Las acomete con furor ridículo y procede a libarlas sin compasión. Después, extenuado, se deja arrastrar por el sopor. Y sueña.


03 julio, 2015

El día del milagro

Una vez que se anunció que Chile ganó la Copa, se desató un júbilo indescriptible. Los empresarios donaron la mitad de su patrimonio al estado para promover el desarrollo igualitario y prometieron solemnemente no practicar más la corrupción, ni las influencias ilegítimas en beneficio de sus negocios. Los representantes y autoridades gubernamentales que habían infringido la probidad, renunciaron con efecto inmediato, y documentaron la devolución de los fondos mal habidos. El futbolista mohicano y tatuado abandonó el alcohol públicamente y comprometió su ayuda a los bomberos. El arzobispo reconoció la protección nefasta a la pedofilia y propuso el fin del celibato. El ejército se auto disolvió y la policía se democratizó. Los políticos que se habían retirado de la vida activa debido a las malas prácticas imperantes, conformaron un gobierno unido por el progreso, la libertad y el pensamiento. Se decretó la gratuidad de la educación y de la salud.
Ganar la copa es difícil, pero quizás sea una forma de gatillar esta fantasía. En una de esas.


 
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