28 septiembre, 2013

La era de lo desechable


Desechó a Bárbara por mala de la cabeza, eso dijo, que tenía una teja corrida y se dedicaba por entero a vigilarlo. Lo que no contó fue que ya tenía otra novia: Rebeca. A Rebeca a poco andar se le declaró una sicosis severa: en cualquier mujer veía una  eventual competidora. Eso acabó por pudrirlo y la abandonó de un día para otro. Lo que no contó es que ya tenía una nueva pareja: Antonia. Ella era una actriz famosa, muy bella. Tras unos meses de vida feliz en común, se entregó a la bebida sin restricciones. Alcoholizada totalmente, consumía varios litros de alcohol en una jornada y en el paroxismo de la borrachera siempre lo increpaba por insensible. Como usted ya podrá suponer, Antonia fue despachada sin mayor trámite. Y él  ya se había agenciado a Eleonora, una profesora muy bella. Vea usted como termina esta historia.

2 comentarios:

liberache dijo...

me gusta el final interminable y también el ideal, que sería ésta la mujer adecuada al voluble hombre.

muñoz valenzuela dijo...

Gracias por tus comentarios Liberache, mis saludos

 
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