29 marzo, 2013

Los huevos del conejo


Cansado de tanta algarabía consumista, al fin el conejo se rebeló. Fueron más de dos milenios de servilismo. Estaba hasta los huevos. Bañó bombas de racimo y granadas en chocolate y las envolvió en papel plateado de colores. Durante su noche partió a repartirlas en bancos, centros comerciales, universidades privadas, iglesias, fundaciones benéficas, medios de comunicación. A la mañana siguiente la ciudad recibió la fecha sagrada con gigantescas explosiones. El conejo habló por cadena nacional para anunciar un tiempo nuevo. De entrada, dejó claro que tenía los huevos bien puestos.

24 marzo, 2013

Crónicas subterráneas 1


La vi en el tren subterráneo. Llamaba la atención por el pelo teñido tan mal de rubio y la falta cortísima para enseñar unos muslos granulosos y ásperos. Sus pies terminaban en unos zapatos de taco muy alto, abiertos en la punta por donde trataban de escaparse unos dedos largos y flacos, de uñas carmín. Fue un trayecto largo. Nunca dejó de hablar por su teléfono portátil, un auténtico prodigio  tecnológico. Llamó a una amiga para que la fuera a ver a la casa. A la mamá para saber en qué iba la teleserie. A un pretendiente para regañarlo por su silencio. A otra amiga para ir al cine. A un compañero de trabajo para preguntarle qué estaba haciendo. A un tipo para convenir a una cita. Hablaba en voz alta, como para que uno la escuchara. Tampoco economizaba palabras. ¿Podría estar el silencio? Eso me pregunté. ¿Quedarse con ella misma? ¿Hablarse? Se bajó hablando, ya no pude saber con quién. Cojeaba un poco el pie derecho. Quizás le dolían esos dedos sobresalientes.

16 marzo, 2013

Departamento tomado


Los insectos se instalaron en la terraza de su departamento sin tener en cuenta la voluntad de su dueño. Eran feos, alados, armados con aguijones ponzoñosos y mandíbulas vigorosas. Su presencia lo horrorizó y debió armarse de valor para enfrentarlos. Antes debía elaborar un plan: procedió en consecuencia. Construyó un arma para atraparlos y electrocutarlos uno por uno, o por grupos pequeños; una especie de raqueta energizada. Resultó un método eficaz, muy satisfactorio para sus inclinaciones sádicas. Los fue exterminando en rápidas incursiones, ataques inesperados propios de la guerrilla, y así erosionó sus fuerzas. Igual los insectos se defendían con ardor y trataban de atacarlo, sin éxito, para fortuna de él. Los enemigos fueron menguando, aunque igual en ocasiones  lograban traer refuerzos, Por fin desaparecieron. Entonces el habitante del departamento comenzó a extrañarlos. Su vida regresó al tedio cotidiano. Cada día vigila la terraza, esperanzado en su retorno.

02 marzo, 2013

57 años después


Definitivamente me reconocieron. Alcatraces, gaviotines, pilpilenes, zarapitos, cormoranes, gaviotas. Volaron para mí, pescaron, flotaron en el viento del mar. Vinieron lobos marinos y toninas. La arena negra me azotó el rostro y las piernas. Todo seguía en su lugar, excepto yo.

Febrero 2013, Constitución

 
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