30 abril, 2010

Taller de Microcuento: Diego Muñoz Valenzuela


El microcuento o microrrelato (también se ha llamado minificción) ha sido considerado un nuevo género por múltiples estudiosos de la literatura. Sus características lo convierten en una pieza literaria única, con sus propias características y peculiares estructura y reglas.

¿Cuáles son las principales características de un microcuento? ¿Basta con proponerse escribir un cuento muy corto? ¿Quiénes pueden ser considerados clásicos de este nuevo género? ¿Qué antecedentes tiene el género en Chile? ¡qué libros/autores pueden considerarse como referentes principales? Todas estas son preguntas a responder en el curso de este Taller.

Se realiza los días martes a las 19 horas, desde el mes de junio y por un periodo de 16 sesiones. Es un taller para quienes se interesen en aproximarse al conocimiento del género y quieran iniciarse en la escritura de microcuento. Muy cerca de la estación de Metro Pedro de Valdivia.

Escribir al correo electrónico: dmunoz@surlatina.cl y enviar datos personales (nombre, teléfono, mail, edad, estudios, interés en el taller, etc.), indicando las razones específicas de su interés por participar.

Orientación del Taller

Este taller literario está orientado personas interesadas en conocer e incursionar en el nuevo género denominado microcuento o microrrelato. No es necesario que hayan escrito anteriormente. Los objetivos de este taller de microcuento son:

• Conocer las principales características del microcuento o microrrelato
• Conocer y valorar a los principales autores contemporáneos del género en el mundo hispanoamericano y en Chile
• Identificar las principales tendencias vigentes en el microrrelato y la minificción
• Analizar microrrelatos
• Escribir microrrelatos


En diversas ocasiones se invita al taller a autores chilenos importantes a establecer un diálogo, previa lectura de algunos de sus cuentos.

Funcionamiento del Taller

Horario: Martes de 19:00 a 20:45 horas
Periodicidad: Semanal
Costo: 35.000 $ mensuales, pagados al inicio de cada mes
Ubicación: Local cerca de la estación de Metro Pedro de Valdivia
Matrícula: Sin costo
Inicio: Se inicia en junio de 2010.

Inscripciones y consultas

Escribir al correo electrónico: dmunoz@surlatina.cl y enviar datos personales (nombre, teléfono, mail, edad, estudios, interés en el taller, etc.), indicado las razones específicas de su interés por participar.

Antecedentes del Director del Taller

Diego Muñoz Valenzuela (Constitución, Chile, 1956)

Cuentista y Novelista. Ha publicado los volúmenes de cuentos Nada ha terminado (1984), Lugares secretos (1993), Ángeles y verdugos (2002), Déjalo ser (2003), De monstruos y bellezas (2007) y las novelas Todo el amor en sus ojos (1990, 1999) y Flores para un cyborg (1997, 2003). Su novela Flores para un cyborg fue publicada en 2008 en España por EDA Libros. Una traducción de su libro de cuentos LUGARES SECRETOS fue publicada en Croacia por la Editorial ZNANJE en Octubre de 2009.

Ha sido incluido en antologías publicadas en España, Italia, Holanda, Bulgaria, Croacia, Canadá, México, Argentina, Ecuador y Chile. Cuentos suyos han sido traducidos al croata, francés, italiano, inglés y mapudungun. Distinguido en numerosos certámenes literarios, entre los cuales destaca el concurso de Mejores Obras Literarias del Consejo Nacional del Libro en dos oportunidades: en cuento publicado por Lugares Secretos en 1994 y en novela inédita por Flores para un Cyborg en 1996. Es uno de los cultores destacados de la ciencia ficción y el microcuento en Chile. Ha compilado varias antologías del cuento chileno: Contando el cuento (1986), Andar con Cuentos (1992) y Cuentos en Dictadura (2003).

Más antecedentes en:

http://diegomunozvalenzuela.blogspot.com/

23 abril, 2010

Contracuento de hadas 3


Ella, esperanzada, cerró los ojos y besó dulcemente al anfibio repugnante. Percibió un fluido viscoso adhiriéndose a sus labios y le repugnó el aliento pútrido del batracio. No obstante, prosiguió con el beso. Abrió los ojos para contemplar al caballero deslumbrante. Era realmente hermoso: un auténtico gentilhombre. Él la miró espantado y huyó a perderse.

15 abril, 2010

Contracuento de hadas 2


Envenenada por una historia, recorrió el mundo entero besando batracios. En vano desplegó sus afanes, ninguno de ellos se transmutó en galán. Envejeció la infanta, la belleza de otrora se convirtió en piel ajada, el esplendor se desvaneció sin dejar huella. “Observad a esa anciana, parece un sapo”, comentaban los bellos príncipes, “Imaginaos tener que darle un ósculo para convertirla en princesa”. Y reían a mandíbula batiente.

08 abril, 2010

El obeso fracasado


Él quería ser gordo y nadie lo comprendía. La sociedad condenaba a los obesos, se ensañaba con los gordos. Idolatraba en cambio las siluetas esbeltas, las constituía en el ideal estético único. Toda redondez o adiposidad era considerada una afrenta intolerable.
Él, contrario sensu, ansiaba ser rechoncho, aunque su estructura fuese magra y feble, casi cadavérica. Por más que se empeñara en alimentarse con frenesí, no lograba salir de aquella situación cuasi fantasmal.
Optó al fin, resignado frente al destino, por comprar un espejo deformante que convirtió su cuerpo de irremediable alfeñique en un obeso desbordante. Obnubilado ante aquella imagen pletórica de carnes, fue poseído por un delirio místico. A partir de aquel instante, no se movió de allí, delectado, pleno de dicha. No probó alimento alguno, ni gota de agua. Ni siquiera experimentó hambre o dolor cuando la vida dejó de habitarlo.

01 abril, 2010

El eterno aprendiz


El eterno aprendiz de alguna forma se esforzaba, pero nunca lograba su cometido. Se mantuvo en aquella condición por décadas. Sus antiguos colegas se fueron convirtiendo en altos dignatarios y sabios a ultranza. Mas el eterno aprendiz no reconocía aquella categoría y rechazaba aprender de quienes habían alcanzado la talla de maestros. Los cuestionaba, manifestaba su altanería en todas las formas posibles, se comportaba como un mosquito aguzado y hambriento.
A poco andar, la mayoría de sus compañeros lo superaban. Estaban dispuestos a aprender, esa era la clave. El eterno aprendiz estaba convencido que ya lo sabía todo, por ende le estaba vedado aprender. Y ese fue su destino, su función en la vida, un eterno aprendiz.
 
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